Dentro de la jerga del mundo de los seguros existen algunos conceptos que no siempre son fáciles de entender para los consumidores. Entre ellos está el de la franquicia de un seguro. Hoy desde MyCAXA explicamos qué es, por qué se aplica y los diferentes tipos existentes.

Qué es la franquicia de un seguro

La franquicia de un seguro es el importe, pactado previamente entre el asegurado y la compañía aseguradora, que deberá asumir el asegurado en caso de siniestro. Es decir, se trata de la parte del importe que supongan los daños que queda a cargo del asegurado.

Dependiendo de la póliza, puede tratarse de una cifra fija o de un porcentaje del importe total asegurado.

Por qué existen las franquicias

Los seguros con franquicia presentan ventajas para ambas partes del contrato.

Por un lado, la aseguradora solamente se hace cargo de siniestros con un coste mínimo. De este modo, ahorra en costes de tramitación de siniestros menores, que existen independientemente de que sea un siniestro de coste elevado o muy bajo.

Por otro lado, el asegurado puede disfrutar de todas las coberturas de su seguro, pero abonando una cuota más baja. A cambio, tendrá que hacerse cargo del importe de la franquicia en cada parte que presente.

El ejemplo más claro suele ser un seguro de coche a todo riesgo con y sin franquicia. Ambos cuentan con excelentes coberturas, pero la prima es totalmente diferente en cada modalidad.

Es importante explicar que el importe de la franquicia de un seguro depende de diversos factores. Además de los baremos establecidos por cada aseguradora, la franquicia marcada dependerá del tipo de bien a asegurar y del riesgo existente.

Volviendo al ejemplo del coche, no es lo mismo asegurar con franquicia a un conductor experto que no ha dado partes en su vida que a una persona que acaba de sacarse el carnet y conduce un coche de gran cilindrada.

Así, es una modalidad de seguro ideal para aquellos conductores que no suelen dar partes, ya que pueden ahorrarse una buena cantidad.

Finalmente, veamos un ejemplo de un siniestro con una franquicia de 200 €. Si el tomador notifica un siniestro con un coste de 500 €, los primeros 200 € los deberá abonar él, mientras que los otros 300 € los cubre la aseguradora.

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